Manejo y solución de conflictos en PH: Guía para una convivencia armoniosa

Una de las claves para la evolución de la humanidad ha sido la convivencia. Sin embargo, este compartir también ha sido foco de conflictos entre las personas, sobre todo cuando no se han establecido normas para conservar la armonía en grupos que conviven día a día. En una propiedad horizontal, los problemas entre vecinos son cotidianos y lo ideal es tener un reglamento de convivencia para garantizar una solución de conflictos en PH de manera rápida y eficiente, haciendo de la convivencia vecinal lo más llevadera posible.

Convivir y llevarse bien entre vecinos fortalece la comunidad al momento de enfrentar y resolver problemas relacionados con la propiedad horizontal. Por esta razón, la situación deseada de vivir en paz y armonía se convierte en una necesidad para todos. Con esta premisa, se debe crear una normativa clara que contemple sanciones y se adapte a las características particulares de cada copropiedad, siempre persiguiendo el mismo objetivo: fomentar la paz y facilitar la solución de conflictos en PH.

Dado que en una propiedad horizontal conviven, por lo general, un gran número de personas con diversos pensamientos, culturas, grados académicos y personalidades, es natural que surjan situaciones conflictivas. Si no existe una verdadera voluntad para respetar la convivencia, será muy difícil que la tan anhelada paz entre vecinos se establezca. El ser humano, aunque es un ser social, también es egoísta, y esta contraposición es la principal causante de conflictos, discusiones y enemistades, lo que hace necesario contar con un proceso eficaz de solución de conflictos en PH.

Las causas de los problemas son muy variadas, y los conflictos en sí también lo son. Los más comunes que se pueden presentar en una copropiedad incluyen:

Vecinos: Los propios vecinos son una fuente común de conflictos. Aquellos que hacen ruido excesivo, organizan fiestas escandalosas o tienen comportamientos que perturban la tranquilidad pueden generar tensiones. En estos casos, una solución de conflictos en PH basada en sanciones y diálogo resulta indispensable para restaurar la paz. También se presentan problemas con familias disfuncionales que exteriorizan sus problemas internos, no vigilan a sus hijos o que no respetan las normas de uso de las áreas comunes, lo que afecta la convivencia.
Uso de las áreas comunes: Las áreas comunes en una propiedad horizontal están diseñadas para un uso específico, tal como lo estipula el reglamento interno de la copropiedad. Si se usan de manera inadecuada, como para botar desperdicios o estacionar vehículos, tarde o temprano habrá conflictos. Para estos casos, el reglamento debe ser claro y aplicar una solución de conflictos en PH que fomente el uso adecuado de los espacios.
Animales domésticos: Las mascotas no suelen ser el problema, sino la actitud irresponsable de algunos dueños. Los conflictos pueden surgir cuando los propietarios de mascotas no respetan las normas de convivencia, lo que genera tensiones entre los vecinos. En estos casos, es fundamental aplicar una solución que involucre tanto a los dueños de mascotas como a la administración para garantizar el cumplimiento de las reglas.
Morosidad: Este es uno de los problemas más comunes en una propiedad horizontal y, a menudo, es el más delicado, ya que afecta las finanzas de la copropiedad. Los vecinos que no están al día en sus pagos pueden poner en riesgo el mantenimiento del inmueble, lo que genera frustración en aquellos que cumplen con sus obligaciones. Aquí es donde entra la importancia de una solución de conflictos en PH basada en la mediación y el acuerdo entre las partes para evitar que la situación empeore.

Los conflictos mencionados anteriormente son solo algunos de los más comunes en una copropiedad. Una vez identificados, lo más lógico es encontrar una solución de conflictos en PH de manera rápida para evitar daños mayores en las relaciones vecinales o en la integridad del inmueble. Si quieres cambiar el mundo, empieza por ti mismo. Esto significa estar dispuesto a dialogar y a encontrar soluciones amistosas.

A veces, la buena voluntad no es suficiente, sobre todo si una de las partes involucradas se niega a llegar a un acuerdo o a cumplir con las normas de convivencia. En estos casos, es necesaria la intervención de un tercero neutral que pueda mediar en el conflicto y facilitar la solución de conflictos en PH. Esta intervención garantiza que las partes enfrentadas lleguen a acuerdos justos y se comprometan a cumplir con ellos, lo que crea un precedente de solución para futuros problemas.

Una primera instancia para la solución de conflictos en PH es el comité de convivencia, contemplado en la ley 675 de 2001. Con la intervención de este organismo, las partes pueden llegar a acuerdos que, al estar formalizados, adquieren un carácter jurídico y pueden ser asentados en una escritura pública. Si no se cumple con lo acordado, el conflicto puede escalar a la justicia ordinaria, que tiene la facultad de sancionar según la naturaleza del problema y lo que estipule la ley.

El mejor combate es el que se evita, y esto pasa por crear conciencia y hábitos de buen vivir, acompañados por un reglamento que fije las normas de convivencia. Es importante hacer entender que todos tenemos los mismos derechos y que sobrepasarnos en los nuestros perturba los derechos de los demás. Siempre será adecuado resolver un conflicto en primera instancia, sin la intervención de terceros, recurriendo, a lo sumo, a las autoridades internas del inmueble, como el comité de convivencia o el consejo de administración (o administrador).

La mejor herramienta es la buena voluntad y la disposición al diálogo, negociando y no imponiéndose a la fuerza o con chantajes. Siempre pensando en el bien común y no en el individual. Al lograr un equilibrio entre la convivencia pacífica y el respeto mutuo, se garantiza que los conflictos serán menores y que las soluciones se alcanzarán de manera más efectiva. Esto también contribuye a la formación de una comunidad más fuerte y unida, donde las diferencias se manejen de manera constructiva, y la propiedad horizontal funcione de forma más fluida y organizada.

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